Curvas
- Bitol
- hace 1 día
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Se apareció entre las volutas del humo de un café solitario que bebía en un atardecer casto de vida, cerca de la calle Gaudí, en la bella Barcelona.
La rutina de caminar la calle entrando al lado de un restaurante foráneo a la ciudad que ofendía el espacio de mi mente, de pronto se paralizó como la toma de una cámara que agudizó la mirada de mis ojos hasta capturar la escena total de unas tenues espirales, danzando como un jazz aletargado entre la imagen y mi mente que en ese momento despertaba alucinando belleza y teniendo por medio una taza blanca, gruesa, marcada por el número del café que era su marca y del cual me había aficionado.
Pasó de largo, sí. Ni me vio. Pero yo la seguí viéndola bailar entre el caracoleo hermoso que me brindaba esa taza de café confortante y esplendido que exacerbaba mis sentidos hasta hacer de mis palabras un leve viento que las difuminaba en ese espacio de recuerdo.
Del cuaderno de Bitol
Barcelona 4 de febrero de 2025

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